Mis pecados me han confundido, acongojado
Me han hecho gritar
de impotencia y llorar de amargura
Han sido ocultos o negados
Han consumido mi
alma
Y detenido mi
caminar
Me han alejado
completamente de ti
Me han hecho dudar
Han
sido mi acusador
El puñal que
acuchilla mi alma cada vez que te miro
Aquel que abre tus llagas
Y no se compadece al mostrar mis cicatrices
Y no se compadece al mostrar mis cicatrices
Han sido la fuente
del dolor
La angustia viva
El trago más amargo
de la fiesta
La indecisión
palpitante.
Ellos me han
acompañado
Se han ido, han
vuelto
Por ellos he caído,
levantado y vuelto a caer
Han sacado lo
peor de mí
Y mi parte humana
Me impiden
caminar, avanzar, me ahogan
Me tienen atada a
esta esclavitud.
Mis pecados son los
que quiero vencer
Los que necesito
olvidar
Los que debo
arrancar
Son los
que hoy me tienen como flor marchita
Sin fuerzas, sin
confianza, sin aliento
Son desoladores
Son desoladores
La muralla más difícil de escalar.
Pero tú-Oh Dios mío-
tú fuiste primero que ellos
Se tú el que los
derribe y me alimente nuevamente
Se tu el que me de
fuerzas y alegrías,
Se tu el que les demuestre
la majestad de tu perdón
Se tu el que les diga
“Libre es”
Porque mis pecados
son….la parte más débil de mí.
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